The White Chapel
lyrics by Hector Marcó
In the white chapel
of a town out in the provinces
very close to a crystal clear creek,
your hands
drove me to prayer.
Your hands that used to enflame
my child’s heart,
and the foot of a Holy Christ
you gave me a drink
from the waters of tenderness.
Happily the moon watched us
come down the mountain
following the stars,
drinking among your goats
a little dose of love…
and today those timid bells
are dark birds
that toll from afar
the call to prayer.
Your voice died in the river,
and in the white chapel
it left an empty space…
empty, like both our souls.
La capilla blanca
En la capilla blanca
de un pueblo provinciano
muy junto a un arroyuelo de cristal,
me hincaban a rezar
tus manos.
Tus manos que encendían
mi corazón de niño,
y al pie de un Santo Cristo,
las aguas del cariño
me dabas de beber.
Feliz nos vio la luna
bajar por la montaña
siguiendo las estrellas,
bebiendo entre tus cabras,
un ánfora de amor…
y hoy son aves oscuras
esas tímidas campanas
que doblan a lo lejos
el toque de oración.
Tu voz murió en el río,
y en la capilla blanca
quedó un lugar vacío…
vacío como el alma de los dos.
lyrics by Hector Marcó
In the white chapel
of a town out in the provinces
very close to a crystal clear creek,
your hands
drove me to prayer.
Your hands that used to enflame
my child’s heart,
and the foot of a Holy Christ
you gave me a drink
from the waters of tenderness.
Happily the moon watched us
come down the mountain
following the stars,
drinking among your goats
a little dose of love…
and today those timid bells
are dark birds
that toll from afar
the call to prayer.
Your voice died in the river,
and in the white chapel
it left an empty space…
empty, like both our souls.
La capilla blanca
En la capilla blanca
de un pueblo provinciano
muy junto a un arroyuelo de cristal,
me hincaban a rezar
tus manos.
Tus manos que encendían
mi corazón de niño,
y al pie de un Santo Cristo,
las aguas del cariño
me dabas de beber.
Feliz nos vio la luna
bajar por la montaña
siguiendo las estrellas,
bebiendo entre tus cabras,
un ánfora de amor…
y hoy son aves oscuras
esas tímidas campanas
que doblan a lo lejos
el toque de oración.
Tu voz murió en el río,
y en la capilla blanca
quedó un lugar vacío…
vacío como el alma de los dos.
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